Si quieres disfrutar de todo el sabor de la miel, hoy te traemos unos tips para conservar la miel igual que el primer día.
La miel es un alimento natural cargado de nutrientes y propiedades. Estas favorecen la conservación adecuada del producto durante tiempo prolongado, siempre que se almacene correctamente.
Sin embargo, una vez hemos abierto el tarro de miel, es conveniente seguir algunas indicaciones para evitar que fermente o termine cristalizando.
A continuación, te contamos algunos “trucos” o tips que puedes poner en práctica para conservar la miel en óptimas condiciones tras haberla abierto.
Temperatura: clave para su conservación
Una vez nos hemos hecho con un frasco de miel, toca pensar el lugar donde la almacenaremos durante su consumo. Este hecho es importante, especialmente una vez se ha abierto el tarro.
Te recomendamos escoger un sitio seco, protegido de fuentes de luz y calor. Un factor determinante a la hora de colocarla es la temperatura. Lo ideal es mantener la miel a una temperatura ambiente constante, evitando oscilaciones térmicas. Evita almacenarla en la nevera o en lugares con temperaturas elevadas, ya que sus propiedades se verán afectadas.
Por ejemplo, un buen sitio donde puedes colocar el tarro de miel es en la propia cocina, en algún mueble lo suficientemente apartado de aparatos que desprendan temperatura.
Botes perfectamente cerrados
Para que la miel cuente con todo su sabor y atributos característicos debe evitarse que entre en contacto con el oxígeno del ambiente.
Manteniendo el bote bien cerrado estaremos protegiendo sus cualidades, contribuyendo a impedir su deterioro. En este sentido, los mejores son los frascos con cierres en forma de espiral, ya que garantizan un cierre perfecto.
Presta atención a los utensilios
Una vez hemos abierto el frasco, llega el momento de saborear la miel. Sin embargo, a la hora de extraerla, te aconsejamos que tengas especial cuidado con los utensilios empleados.
Si utilizamos cubiertos o instrumentos sucios contaminaremos la miel. Los pequeños restos de otros alimentos o residuos externos podrían afectar a sus propiedades, perjudicando tanto al sabor y aroma de la miel, como a sus capacidades de conservación.
Por ello, te recomendamos que vigiles su limpieza, asegurándote, cuando vayas a emplearlos, que se encuentran en perfecto estado.
¿Qué ocurre si la miel cristaliza?
Aunque no debería ocurrir si se almacena correctamente, la miel puede cristalizar, especialmente si se coloca en la nevera. Como te hemos aconsejado anteriormente, intenta conservarla en un lugar a temperatura ambiente, si es posible de forma constante.
En caso de que cristalice, no tires la miel. Es tan sencillo como calentar el frasco en un recipiente a temperatura ambiente o empleando agua tibia. Intenta removerla frecuentemente, hasta que vaya recobrando su consistencia líquida característica. No perderá su calidad.
Vidrio frente al plástico
Es probable que ya lo sepas: los envases de vidrio contribuyen a una mejor conservación de la miel. Intenta mantenerla siempre en frascos o tarros de este material, ya que la protegen de oscilaciones térmicas y preservan sus propiedades.
Por el contrario, los envases de plástico no sólo no son capaces de proteger la miel de la forma en la que actúa el vidrio, sino que, además, pueden desprender algún tipo de residuo que perjudique a sus cualidades.
¿Cómo saber si la miel está caducada?
A pesar de que se trata de un producto de duración casi ilimitada, la miel pierde calidad con el paso del tiempo. Si al abrir el bote percibes que desprende un olor desagradable o, al probarla no sabe bien, es probable que, o bien haya caducado o haya estado en contacto con algún tipo de elemento externo que haya provocado una alteración o contaminación en la miel.
Una variación a simple vista en el color, o en la textura, de la miel es un indicador de que no es reciente. Esto conlleva a una pérdida o rebaja en la calidad y propiedades de este producto.
Sin duda, la señal más evidente que nos ayudará a descartar la miel es la presencia de moho o levaduras. Es un indicador indiscutible de la caducidad del producto y, por tanto, no es apta para su consumo.
Estos son algunos consejos que pueden ayudarte a mantener la miel en perfectas condiciones una vez has abierto su frasco. Esperamos que te sirvan de utilidad y que puedas ponerlos en práctica a partir de ahora.
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