Gracias a las combinación de distintas variedades de flores en su composición, la miel de flores cuenta con unas características y unos matices muy especiales.
Nuestras deliciosas mieles pasan por sofisticados procesos de elaboración desde el momento que las abejas comienzan a recolectar. Anteriormente ya hemos hablado de cómo estos animales trabajan para conseguir la miel. Hoy nos centraremos en las flores de las que se extrae el néctar y el polen y en sus cualidades.
¿Qué son las flores apícolas?
Las flores apícolas son aquellas especies vegetales que generan o segregan sustancias que las abejas recolectan y pueden utilizar para su provecho, no sólo para la elaboración de miel. Pero no todas las flores apícolas tienen las mismas características.
El interés principal que hay en las flores apícolas es económico. La cantidad de productos que se pueden extraer de estas generan muchos beneficios, por eso, se cuida su crecimiento y se trabaja en función de sus cualidades.
Hay flores que ofrecen mucho polen y néctar, pero su crecimiento es limitado y no se puede abusar. Por el contrario, otras pueden generar más polen que néctar o viceversa. Por todo esto es necesario que haya apicultores expertos en estas flores que sepan cuidarlas y sacarles el mayor partido.
¿De qué flor sale la miel?
La composición de este tipo de miel varía en función de las especies vegetales y de la meteorología local. La miel de flores se obtiene del néctar de flores silvestres como la acacia , la lavanda, el azahar, el tomillo, los brezos, los mirtos etc. A partir de estas flores, nuestras abejas autóctonas producen una miel cargada de sabor, polen, esencias, aminoácidos y enzimas.
Para obtener el resultado deseado en cada una de las mieles, los apicultores tienen en cuenta una serie de detalles. Uno de ellos es saber qué tipos de flores se encuentran cercanas a cada colmena y, en caso de que no estén cerca de las plantas idóneas, deben posicionar las colmenas al lugar indicado.
Las mieles de flores no están elaboradas con un sólo tipo de néctar, sino que varían en su composición. Además, los sabores de estas mieles suelen ser más neutros en comparación con otras.
Como curiosidad, destacar que, aunque se pueda pensar que todas las mieles provienen de las flores, esto no es cierto. Existen mieles procedentes del mielato, una sustancia producida de forma natural por las abejas y que es típica en Galicia.
Propiedades de la miel de flores
La miel de flores es muy útil para nuestra salud. Su origen natural ofrece una serie de ventajas muy beneficiosas para el organismo. Por ejemplo, cuenta con una gran cantidad de minerales como el fósforo, el calcio, el hierro o el magnesio.
Este tipo de miel también sirve como tratamiento natural para problemas relacionados con el aparato digestivo; ayuda a combatir algunas infecciones digestivas y suaviza y calma los dolores del estómago previniendo posibles irritaciones.
Es recomendable usar la miel para endulzar en lugar del azúcar. La miel también contiene azúcar, pero el sabor que ofrece ayuda a que, en proporción, la cantidad de azúcar sea menor. Además es de origen natural.
Características organolépticas de la miel de flores
La calidad de este tipo de miel varía según su color, su olor y su sabor dependiendo de la estación del año y del tipo de flores del que proceda la miel. En general es una de nuestras mieles más completas en lo que a sabor y dulzura se refiere. Es ligeramente ácida y ligeramente amarga. Su color es ámbar, variando de claro a oscuro; su aroma se caracteriza por un fuerte olor floral y, en cuanto a su sabor, es muy agradable al paladar.
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