¿Nunca te has preguntado por qué las abejas hacen miel? Hoy te contamos el por qué y de que manera.
La vida de las abejas es fascinante. Se trata de unos insectos increíblemente trabajadores, con unas capacidades y habilidades sociales extraordinarias. Sin duda, las abejas son especialmente conocidas y apreciadas por producir un dulce (y nutritivo) alimento natural: la miel de abeja.
La miel es un alimento popular y apreciado en todo el mundo. Forma parte de infinidad de recetas culinarias por su versatilidad y funcionalidad como edulcorante natural.
Y, las abejas, ¿por qué la elaboran? La respuesta es sencilla: como fuente de alimento para ellas y su colmena, entre otros motivos. Conozcamos un poco mejor ésta y otras causas que impulsan a las abejas a elaborar la miel, así como las fases que conlleva este minucioso proceso.
¿Por qué elaboran miel las abejas?
Como decíamos anteriormente, las abejas fabrican miel como suministro alimenticio. El invierno es una época bastante dura para los animales y, especialmente, para los insectos. Las abejas encuentran en la miel una sustancia que les sirve de reserva de alimento durante los meses invernales, especialmente para sus larvas. Pero es que, además, la miel les sirve de fuente de energía imprescindible para llevar a cabo algunas tareas de vital importancia. Al consumir la miel, las abejas son capaces de generar energía térmica batiendo sus alas y, por tanto, manteniendo caliente la colmena, a las crías y a su abeja reina.
Pero es que, además, las abejas encuentran en la miel una solución perfecta para enfriar la colmena durante el verano. Lo consiguen mediante la evaporación del agua presente en este alimento, una fase necesaria en su proceso de elaboración.
¿Cómo elaboran las abejas la miel?
La fabricación de la miel es un proceso natural que llevan a cabo las abejas, en varias fases, implicando gran esfuerzo y dedicación.
- Todo comienza con la recolección del néctar, polen y otras sustancias que las abejas encuentran en flores y plantas. No todas tienen esta gran responsabilidad. Las especializadas en estas tareas de “cosecha” son las apis mellifera o abejas pecoreadoras.
Estos ejemplares, obreras adultas, buscan estas sustancias y las recolectan. Para ello, trasladan hasta la colmena, valiéndose de su buche melario, 8 pequeñas gotitas de néctar de tamaño minúsculo.
La pequeña cantidad de néctar que son capaces de transportar no es impedimento para ellas, ya que realizan miles de viajes entre la colmena y las flores. Como resultado a este arduo proceso de recolección, las abejas obreras llegan a almacenar grandes cantidades de miel en su colmena, más que la que realmente consumen.
En este sentido, es justo destacar la importante labor que realizan estas abejas pecoreadoras. No sólo por el increíble esfuerzo que realizan a lo largo de toda su vida, sino por la acción sumamente beneficiosa que realizan para el medio natural, gracias a la polinización.
- La segunda de las fases de este proceso de elaboración de la miel tiene lugar ya en la colmena. Allí, a su llegada, estas obreras regurgitan el néctar a sus compañeras. Este es mezclado con la saliva y las enzimas de las abejas, en un proceso conocido como trofalaxis, clave para la regulación del pH del néctar.
A continuación, estos ejemplares almacenan dicha sustancia en las celdas, enriqueciéndolo con encimas para descomponer los azúcares complejos con la finalidad de convertirlos en simples. Por último, utilizan sus alas para ventilar la colmena. El objetivo de este proceso es eliminar los excesos de agua presentes en la sustancia, mediante la evaporación de esta. Una humedad inferior a un 20% resulta clave para su correcto mantenimiento.
- La última de las fases de este proceso, “operculación” consiste en emplear cera para sellar las celdas donde almacenan la miel, con el objetivo de protegerla y propiciar su conservación óptima y fresca.
5 curiosidades acerca de la miel y su elaboración
- Para preparar la cantidad correspondiente a un kilo de miel, un enjambre promedio de abejas necesita recolectar néctar de, aproximadamente, unas 2.700.000 flores.
- A diario, una abeja es capaz de recolectar el néctar de, aproximadamente, 560 flores.
- Tal es la dedicación y esfuerzo que ponen las abejas en la recolección y elaboración de la miel que, para fabricar tan sólo 4 ml, son necesarios 10 ejemplares dedicando toda su vida a esta tarea.
- Fruto de su esfuerzo y trabajo en equipo, las abejas son capaces de producir grandes cantidades de miel en su colmena. Tanto es así que, en condiciones óptimas, un enjambre puede llegar a generar hasta 50 kg de miel en un año. La cantidad mínima de este alimento no suele bajar de los 20kg, oscilando en función de algunos factores como la floración en el radio de la colmena, o la cantidad de ejemplares que componen el enjambre.
- En su colmena, los enjambres de abejas pueden producir algunas sustancias especialmente interesantes y con propiedades bastante útiles, como la cera o la jalea real, además de la miel.
En definitiva, la miel es el resultado de toda una vida de dedicación por parte de las abejas y su enjambre. Un alimento natural y especialmente beneficioso por sus propiedades saludables.
También te puede interesar: