La miel terapéutica ha sido objeto de estudio durante muchos años por científicos y botánicos. Siempre se ha considerado como un producto antioxidante, que protege y ayuda al fortalecimiento de nuestro organismo.
También es conocida por ser un endulzante natural y por sus beneficiosas propiedades, pero, ¿realmente puede considerarse un tratamiento terapéutico?
Lo cierto, es que la miel ha sido de gran debate para los científicos y especialistas a la hora de contrastar la información sobre su uso terapéutico.
A continuación, te contamos todo lo que debes saber la miel y las propiedades terapéuticas que puede llegar a tener.
Uso de la miel en el tratamiento de heridas
La miel puede abrirse un hueco en tu botiquín como un ungüento antibacteriano para las heridas.
Es un antibacteriano natural que ya usaban nuestros antepasados. Estos ya sabían que la miel evitaba infecciones y que ayudaba a curar las heridas, aunque no supieran exactamente por qué.
La miel siempre se ha utilizado para la ayudar a la cicatrización en heridas infectadas y quemaduras superficiales libres de infecciones.
¿Qué es lo que posee la miel para que sea tan beneficiosa para curar cicatrices? Su viscosidad, contenido en agua, azúcares (principalmente glucosa y fructosa), antioxidantes, glucosa oxidasa, responsable del peróxido de hidrógeno y una gran cantidad de vitaminas y minerales.
Tanto el peróxido de hidrógeno como la alta osmolaridad que tiene la miel, hacen que se prevenga el crecimiento bacteriano.
La miel como tratamiento terapéutico para tos y refriados
Todo el mundo ha tomado alguna vez los remedios caseros de miel con limón, leche con miel o con alguna infusión para suavizar la garganta y calmar la tos. Siempre nos ayudó a superar esos malos momentos pero, ¿cómo de efectivos son estos remedios?
El uso terapéutico de la miel para tratar los síntomas del resfriado
Un estudio de Oxford publicado en British Medical Journal concluyó de que la miel es un remedio terapéutico superior a muchos tratamientos habituales a la hora de aliviar síntomas de infecciones respiratorias del tracto respiratoria superior.
El estudio siguió a 1345 pacientes en 14 ensayos, centrados en pacientes con infecciones del tracto respiratorio superior, es decir, con malestar en nariz, boca y garganta.
Los resultados de estos ensayos fueron muy claros: la miel es un perfecto tratamiento terapéutico para estas infecciones. No solo ayudo a calmar los síntomas, también acelero la recuperación de muchos pacientes sin ayuda de medicamentos de origen químico.
La miel tiene un gran potencial terapéutico, del que podemos beneficiarnos para prevenir y tratar procesos catarrales.
La más adecuada para tratar los catarros y resfriados es la miel de eucalipto. Esta presenta un color oscuro y un sabor fuerte, y es producida por las abejas cuando procesan el néctar de sus flores.
Existen diferentes formas de usar la miel para frenar los catarros:
- Diluida en leche caliente: En especial, donde no exista un exceso de mucosidad, ya que los productos lácteos pueden intensificar la cantidad de mucosidad.
- Diluida en agua caliente: Hacer gárgaras con mezcla, en las que se mezclará el zumo de limón si queremos aportar a nuestro organismo vitamina C.
- Ingerir directamente una cucharada de miel.
La miel puede hacer que se alivien los síntomas como la irritación de garganta, faringitis y amigdalitis, siendo de gran ayuda para la reducción de la inflamación o el dolor.
La miel como remedio terapéutico para el insomnio
No hablamos solo de un delicioso alimento lleno de vitaminas y minerales, también es un tratamiento terapéutico natural contra el insomnio que nos ayudará a relajarnos, descansar mejor y evitar que nuestra mente divague cuando lo que queremos es conciliar el sueño.
Es considerada un gran tratamiento contra el insomnio por su alto contenido en ácidos grasos omega 3 y por sus azúcares que aumentan de forma natural los niveles de insulina.
Acción antibacteriana y antioxidante de la miel
La acción antibacteriana de miel puede ser un gran tratamiento a la hora de eliminar las infecciones al entrar en contacto con las bacterias más dañinas para nuestro organismo.
Por otro lado, la actividad antioxidante de la miel protege nuestro cuerpo contra cualquier tipo de daño radical libre. Estos se forman a partir de muchas fuentes, en los que están incluidos, la contaminación, radiación y nuestro propio metabolismo.
Por ende, podríamos decir que el consumo diario de miel es una terapia contra el envejecimiento.
¿Cómo se fortalecen nuestras defensas con la miel?
La miel también es perfecta para fortalecer nuestras defensas día a día. Esto se debe su contenido de vitaminas y minerales, mientras que a su vez facilita la asimilación de calcio y magnesio en nuestro organismo.
En la composición de la miel destacan azúcares, ácidos orgánicos, (fósforo, láctico…) vitaminas (C, B1, B2, B3, B5) ácido fólico, minerales como calcio, silicio, magnesio, zinc… Y aminoácidos esenciales, fosfolípidos y muchos otros compuestos que nos ayudan a mantener nuestras defensas fuertes.
Ya sabes que la miel de abeja tiene verdaderos usos terapéuticos, pon un poco de miel en tu día a día y disfruta de sus beneficios.
También puede interesarte: