Sabemos que sorprender a los invitados no es una tarea fácil. Sobre todo cuando hablamos de comidas o cenas. Por eso, os traemos esta receta de chuletas de cordero marinadas con una enigmática salsa de miel de flores y mostaza. Seguro que hará las delicias de los invitados y que, además, es muy fácil de hacer.
Receta de chuletas marinadas con miel de flores y mostaza para 4 personas
- 8 chuletas de cordero
- Patatas
- Miel de flores
- Mostaza
- Kétchup
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta
- Romero
¡A cocinar!
En primer lugar, deberemos de elaborar la salsa: en un cuenco ponemos 4/6 cucharadas soperas de miel de flores, 3/4 cucharadas soperas de mostaza, 2 cucharadas soperas de kétchup y 2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra. Mezclamos bien todos los ingredientes. Hasta que quede una salsa lo más homogéneo posible. Salpimentamos las chuletas de cordero al gusto. Después las metemos en el cuenco con la salsa que hemos elaborado. Cubrimos el cuenco con papel film y las dejamos en el frigorífico unas 4 horas aproximadamente para que se impregnen bien y la carne absorba el sabor de la salsa.
Una vez transcurridas las 4 horas, escurrimos las chuletas de cordero y las vamos haciendo a la plancha o en una sartén. Una vez que hayamos hecho todas las chuletas, vertemos la salsa en una sartén para calentar a fuego lento y durante apenas unos minutos para evitar que esta se caramelice.
Añade una guarnición
Como guarnición a este plato, lo que mejor marida son unas patatas pequeñas de guarnición al tomillo. Para preparar las patatas, primero habrá que lavarlas y secarlas bien para después, freírlas en una sartén con aceite bien caliente hasta que adquieran un tono dorado. Sacarlas y escurrirlas bien sobre el papel absorbente. A continuación, salpimentamos y las colocamos en una bandeja con tomillo, varios dientes de ajo rotos y con piel y varios trozos de mantequilla repartidos por la bandeja para que no se peguen las patatas. Metemos en el horno a 200º 5 minutos. Cuando se cumplan éstos, sacamos la bandeja y rociamos las patatas con jugo de limón. A continuación, volvemos a meter al horno a 200º durante otros 5 minutos.
Una vez que tenemos las patatas, colocamos las costillas en un plato junto a las patatas enanas. Después, rociamos con un poco de nuestra especial salsa agridulce de mostaza y miel. Este es un plato muy fácil de elaborar y que, sin duda, sorprenderá a los comensales por el enigmático contraste de toques dulces y salados.