Los orígenes de la apicultura datan de miles de años atrás.
Las culturas aborígenes ya realizaban actividades apícolas para satisfacer diversos usos, principalmente para consumo y medicinal. Si bien, sus utilidades son numerosas.
Uno de los usos de la cera de abeja es emplearla para la producción de velas y cirios. Sin ir más lejos, según algunos expertos, la apicultura comenzó como una técnica para producirlas.
¿Cuál fue el origen de la producción de velas?
Practicada desde la antigüedad, la apicultura se convirtió en aquella época en una actividad importante, ya que permitía obtener múltiples productos. Algunos muy conocidos y útiles, como la miel.
Si bien, además de esta, uno de los productos más valiosos que proporcionaba la apicultura fue la cera de abeja. Se descubrió que, cuando se derretía y era vertida en moldes, la cera permitía crear velas y cirios. En aquella época este aspecto fue realmente importante, ya que aquellas velas proporcionaban luz.
La apicultura, como técnica para la producción de velas, hunde sus raíces en el antiguo Egipto.
Existen numerosas evidencias y pruebas arqueológicas que constatan este hecho, empleando la cera de abejas para obtener velas como fuente de luz duradera.
Los egipcios desarrollaron, a lo largo de la historia, diversas técnicas y procedimientos óptimos que les permitiesen acceder a la cera y a la miel en las colmenas, sin dañar a las abejas. De esta manera, la apicultura se convirtió en la sociedad del antiguo Egipto, en una importante actividad que realizaba buena parte de la población.
La cera de abeja, además de ser empleada en la fabricación de velas y cirios, tuvo otras aplicaciones, como la elaboración de bálsamos, cosméticos, y otros ungüentos varios.
La cera de abejas en la producción de velas actual
Actualmente, la apicultura no ha perdido importancia a la hora de elaborar cirios o velas de cera de abejas de calidad. Estos productos son especialmente valorados gracias a lo natural de su aroma, o la calidez de su luz, propiedades que le confiere la cera de abeja.
A diferencia de las velas de parafina, las velas elaboradas mediante cera de abeja no contienen elementos químicos que resulten tóxicos cuando se queman. Es por ello que, las velas de cera de abeja, son mucho más saludables.
Hoy, la apicultura moderna se centra en mimar a las abejas, favoreciendo su buena salud para contribuir así a una cera de calidad. Entre los cuidados que proporcionan los apicultores a estos pequeños animales están la aplicación de avanzadas técnicas que las protejan de enfermedades o pesticidas. Además, se pone empeño en protegerlas mientras se recolectan la cera y la miel. Para ello, las técnicas llevadas a cabo actualmente por estos profesionales suelen ser sostenibles.
¿Cómo es la elaboración de velas de cera de abeja?
Se trata de un procedimiento que implica varias fases.
- En primer lugar, el apicultor recoge la cera de las colmenas. Esta se derrite, con el objetivo de descartar cualquier clase de impureza.
- A continuación, la cera líquida pasa a verterse en moldes insertándose, después, las mechas.
- Tras un tiempo prudencial para que se enfríen, las velas se retiran de los moldes, procediendo a recortar el sobrante de las mechas y estarían listas para su utilización.
¿De qué depende la calidad de las velas?
La calidad de una vela de cera de abeja dependerá, fundamentalmente, de la pureza de esta. Igualmente, es conveniente prestar la debida atención y cuidado al proceso de elaboración de la vela. Estos son los dos factores esenciales para obtener una vela de calidad.
Finalmente, es importante que los apicultores empleen procedimientos adecuados para garantizar la calidad de la cera de abeja así como, por parte de los fabricantes de velas, la aplicación de las técnicas y procedimientos adecuados que no alteren las propiedades de la cera.
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