El pecoreo es la práctica de extracción de polen y néctar de las flores que llevan a cabo las abejas. Durante el proceso, estos curiosos animales emplean varios mecanismos para la elaboración final de la miel u otras sustancias derivadas.
El pecoreo se lleva a cabo durante unas épocas determinadas (primavera y verano principalmente) y sólo en las flores llamadas apícolas: aquellas que sirven de provecho para las abejas (la mayoría cumplen esta característica).
Abejas que realizan el pecoreo
Las abejas que intervienen en el pecoreo son llamadas pecoreadoras o forrajeadoras, ya que esta práctica también se conoce como forrajeo.
Tras unos 20 días desde su nacimiento y estancia en la colmena, la abeja obrera se vuelve pecoreadora: se encarga de salir a buscar el polen y el néctar de las flores. Esta etapa de su vida no dura mucho más que la anterior, pero las abejas no destacan por ser animales muy longevos, precisamente.
La especie más común que se toma de ejemplo en estas explicaciones es la abeja doméstica. Esta abeja, también conocida como abeja europea, es la que cuenta con más especímenes en el mundo.
Recolección de polen
En época de polinización, las flores transmiten el polen desde los estambres hasta el estigma. Los estambres se corresponderían con el órgano masculino de la flor, donde se genera el polen. Este es transportado al órgano femenino para llegar al óvulo y fecundar.
En el órgano femenino se encuentra el estigma, que es la parte más exterior y receptiva de la flor. Ahí es donde las abejas se dirigen para recolectar todo el polen que puedan.
Las abejas obreras tienen un recipiente en el tercer par de patas llamado corbícula. Es una especie de depósito que les sirve para guardar el polen y transportarlo de forma más cómoda y efectiva.
Finalmente, llevan el polen a la colmena y lo mezclan con enzimas que segregan para favorecer la fermentación. El resultado final, aunque puede variar nutricionalmente en función de las características y la crianza de las abejas, cuenta con numerosas propiedades beneficiosas.
Recolección de néctar
El néctar es una sustancia que sirve de alimento para las abejas. Estas lo liban de las flores (acción de succionar el néctar de la zona de la flor que lo segrega, llamada nectario) y lo depositan en una especie de saco que tienen en el abdomen, llamado buche melario, para transportarlo fácilmente.
En la colmena, lo disponen en las celdas hexagonales, donde se realizan varios procesos enzimáticos que regulan el pH. Aquí es cuando la sustancia comienza a adquirir el sabor dulce que le caracteriza.
Las abejas comienzan el proceso de deshidratación del néctar, que debe quedarse en torno a un 18 o 20% de humedad para obtener el resultado final de la miel.
El pecoreo como mecanismo de supervivencia de las abejas
El proceso de la elaboración de miel es muy provechoso para nosotros como consumidores; pero para las abejas, se trata de un proceso de alimentación y supervivencia.
Las abejas se alimentan de polen y néctar, alimentos ricos en proteína y azúcar, que les otorga el aporte energético que necesitan. Pero durante el invierno, la práctica del pecoreo es inviable, por lo que necesitarán tener reservas de alimento para poder sobrevivir.
Por ello, todo lo que facilite el proceso del pecoreo, es clave para ayudar a las abejas. Esto es esencial no sólo para su alimentación durante la época en que lo están realizando; sino porque necesitan abastecerse y recolectar lo suficiente para poder mantener su alimentación durante el periodo invernal.
Es importante cuidar y respetar este proceso si queremos una apicultura próspera y un buen estado de las abejas. Aunque sean animales temidos por las personas porque parecen peligrosos, lo único que les preocupa cuando las vemos revolotear entre las flores es llenar de comida su colmena.
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