La miel más conocida y vendida del mundo por los apicultores no es otra que la miel de mil flores. Esta variedad tan aclamada, proveniente del trabajo de las abejas, recibe múltiples nombres, y en ocasiones pensamos que se trata de tipos diferentes de miel. La miel de mil flores se denomina también milflores, miel de flores, polifloral o multifloral.
¿Qué es la miel de mil flores, milflores, 1000 flores, polifloral o multifloral?
Para aportar una definición a nuestro producto estrella, podemos decir que la miel de flores es aquella variedad elaborada por las abejas a partir del néctar de las flores de varias especies vegetales. La cantidad de dichas especies vegetales es mínimo dos, sin predominio de ninguna forma polínica sobre cualquiera de las otras.
Diferencias entre la miel monofloral y la miel de mil flores
Una variedad que sí es diferente a la miel de mil flores o milflores es la miel monofloral. La pregunta entonces es: ¿cuál es la diferencia que guarda con el tipo de miel que nos ocupa?
El origen compositivo de la miel monofloral en lo que se refiere a especies vegetales se corresponde con una sola especie de flor. Esto no quiere decir que este tipo de miel no incluya nectar de ningún otro tipo de planta o flor, ya que al ser un producto elaborado por animales, esto sería casi imposible. Sin embargo, sí predomina una especie vegetal sobre cualquier otra, lo que hace que esta variedad tenga un sabor diferente y reconocible, pudiendo caracterizarla y distinguirla.
Algunos tipos de mieles monoflorales son:
- Miel de naranjo o azahar
- Miel de acacia
- Miel de romero
- Miel de lavanda
Estos son solo algunos ejemplos, ya que podemos encontrar al menos 300 variedades de mieles monoflorales en el mundo.
¿Cómo se elabora la miel de mil flores?
Para fabricar esta miel multifloral, las abejas siguen el mismo proceso de elaboración que el de la miel monofloral, pero con la diferencia de que en este caso el producto final es el resultado del néctar que recogen las abejas de multitud de flores distintas.
Para poder saber si una miel ha sido elaborada con un sólo tipo de flor o con más de uno, los productores de miel realizan una serie de controles y análisis para conocer qué porcentaje de flor lleva cada tipo de miel. Un factor del que depende importantemente es el lugar en el que estén colocadas las colmenas, además del tipo de floraciones que abundan en la zona.
Por tanto, dada esta gran variedad de flores, el sabor de la miel multifloral puede variar notablemente, ya que éste siempre dependerá del néctar de flores que contenga, de la época del año y de la ubicación en la que se ha recogido. Por norma general, las mieles que se cosechan en primavera suelen tener un sabor más suave, ya que coincide con la flor del romero y otras especies similares. Por su parte, las mieles que se cosechan en verano, en el monte, suelen ser bastante más fuertes de sabor.
¿Todas las mieles elaboradas por las abejas provienen de las flores?
Al contrario de lo que se suele creer de manera popular, no toda la miel de abeja procede del néctar de las flores. Existen variedades de miel que estos pequeños animales obtienen de otras partes de las especies vegetales. Un ejemplo de ello es la miel de roble o de encina. La miel con esta denominación procede de los azúcares que las plantas van rezumando progresivamente, luego recogidos por las abejas.
Otro ejemplo es el de la miel de abeto, elaborada a través de la mielada. Para definir esta sustancia tenemos que hacer primero una clasificación.
Hay dos tipos principales de mielada:
Mielato de origen vegetal
Como sucede con la miel de roble o encina anteriormente mencionada. A consecuencia de una gran cantidad de humedad en el terreno y de altas temperaturas, las plantas generan tanta savia que esta rezuma por diferentes partes. Además del roble o la encina, el alcornoque, el pino, el tilo, el olmo o el sauce son habitualmente productores de mieladas, pudiendo generar miel de bosque. Es muy frecuente ver, especialmente en verano, cómo las bellotas segregan grandes cantidades de mielada en forma de espuma que posteriormente recogen las abejas.
Mielato de origen animal
Estos mielatos son elaborados por pequeños insectos, como pulgones o psilas, que se alimentan de la savia de árboles y plantas. Consumen grandes cantidades de savia para aprovechar su contenido en proteínas y azúcares y, después, excretan una parte que se acumula sobre hojas y ramas. Esas excreciones, líquidas o espesas, contienen una buena parte de los carbohidratos de la savia, con lo que resultan muy atractivas para las abejas, que las recogen y transforman en miel.
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