Las abejas tienen una importancia capital en el mundo. Gracias a estos insectos, muchas funciones de nuestro planeta se pueden llevar a cabo. En especial, cabe destacar el papel esencial que desempeñan las abejas en el medio ambiente.
Son las principales responsables de la polinización, proceso por el cual las flores se reproducen y expanden sus especies. Gracias a esta contribución, se mantiene el equilibrio en muchos ecosistemas, favoreciendo la preservación de los seres vivos correspondientes.
¿De qué se encargan las abejas?
Las abejas son artrópodos pertenecientes a la familia de los insectos. Se establecen en enjambres y habitan en colmenas. Funcionan de forma colectiva, y de esa manera realizan actividades de arduo trabajo que también resultan muy beneficiosas para los humanos y para el medio ambiente.
Los humanos nos aprovechamos de muchos productos generados por las abejas. Ellas trabajan los materiales para sus propias colmenas, dando como resultado productos como la miel o la cera. Sin embargo, estos animales tienen mucho más que ofrecer a nuestro planeta.
Las abejas se encargan del pecoreo, el proceso mediante el cual recolectan el néctar y el polen de las flores. La finalidad de este trabajo es llevar a su colmena todo lo necesario para almacenar alimento y elaborar nuevos materiales.
Pero también, indirectamente, con este proceso fomentan la polinización de las flores, transportando el polen de los estambres de unas flores a los estigmas de otras. De esta forma las flores consiguen llevar a cabo su función de reproducción.
Las abejas y su importancia en la biodiversidad
Mediante la polinización, las flores se reproducen. Es necesario el intercambio de polen entre ellas, para lo cual afectan otros factores como el viento. Lo cierto es que las abejas son los principales agentes polinizadores, las protagonistas en la reproducción de las flores, ya que son las que realizan este proceso con mayor eficacia y precisión.
Gracias a ellas, múltiples especies de flores se preservan y se expanden, dando lugar a campos y cultivos ricos y poblados. Sin la actividad de las abejas, estos cultivos se echarían a perder, y con ellos, todos los productos que podrían producir. Aquí reside la gran importancia de las abejas en nuestro mundo.
Las flores de muchas especies vegetales suponen la base de su reproducción, ya que es donde se gesta la semilla. Sin ellas, muchos árboles y plantas se habrían extinguido. Y lo que es lo mismo, sin la labor de las abejas, también.
Gracias al trabajo anual que hacen las abejas, las especies de los ecosistemas se mantienen equilibradas, ya que si faltase algún elemento en la cadena alimenticia de un ecosistema, el ecosistema entero tendería a la extinción.
Las abejas: especie protegida
Por la importancia mencionada en la biodiversidad de las especies y en el medio ambiente, las abejas son especies protegidas por ley. Se reconoció su labor como algo indispensable en nuestro planeta, por lo que se pretendió garantizar la seguridad de la especie.
Por tanto, existe un artículo en el que figura la protección por ley de las especies de abejas silvestres. Los apicultores, que se encargan del cuidado de las abejas, también protegen las especies y se encargan de la preservación de las especies.
Seguramente se valora poco el trabajo de las abejas y todos los beneficios que ofrecen. Ya no sólo los productos sin los cuales nuestras vidas serían más complicadas, sino las labores sin las cuales nuestras vidas difícilmente existirían.
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